PENSAMIENTOS

"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo que

es honesto, todo lo que es justo, todo lo que es puro, todo  lo que

es amable, todo lo que es de buena fama, si hay alguna virtud y

si hay alguna alabanza, en eso pensad." Pablo. (Filipenses, 4:8.)

Todas las obras humanas constituyen la resultante del pensamiento de las criaturas. El mal y el bien, lo feo y lo bello vivieron, ante todo, en la fuente mental que los produjo, en los movimientos incesantes de la vida.

El Evangelio consustancia la ruta generosa, para que la mente del hombre se renueve en los caminos de la espiritualidad superior, proclamando la necesidad de semejante transformación, rumbo a los planos más altos. No será tan sólo con los primores intelectuales de la Filosofía que el discípulo iniciará sus esfuerzos en realizaciones de ese tenor.

Renovar pensamientos no es tan fácil como parece a primera vista. Demanda mucha capacidad de renuncia y profundo dominio de sí mismo, cualidades que el hombre no consigue alcanzar sin trabajo y sacrificio del corazón.

Es por eso que muchos servidores modifican expresiones verbales, juzgando que refundieron pensamientos. Todavía, en el instante de recapitular, por la repetición de las circunstancias, las experiencias redentoras, encuentran, de nuevo, análogas perturbaciones, porque los obstáculos y las sombras permanecen en la menté, cual fantasmas ocultos.

Pensar es crear. La realidad de esa creación puede no exteriorizarse, de súbito, en el campo de los efectos transitorios, mas el objeto formado por el poder mental vive en el mundo íntimo, exigiendo cuidados especiales para el esfuerzo de continuidad o extinción.

El consejo de Pablo a los filipenses presenta sublime contenido. Los discípulos que pudieren comprenderle la esencia profunda, buscando ver el lado verdadero, honesto, justo, puro y amable de todas las cosas, cultivándolo, cada día, habrán encontrado la ecuación divina.

Libro “PAN NUESTRO”, Francisco Candido Xavier dictado por el espíritu Emmanuel

Francisco Candido Xavier